Curso de Trastornos de Sueño para Atención Primaria en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos
Más de 20 médicos de Atención Primariaasistían en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, al "I Curso de Actualización en Trastornos de Sueño para Atención Primaria".
Durante el mismo, la Dra. Inés Escribano Gimeno, especialista en Neumología, realizó una revisión del Síndrome de Apneas Hipopneas del sueño (SAHS), que es la patología respiratoria más frecuente durante el sueño -representa más del 50% de las consultas de Neumología- y se define como un cuadro de excesiva somnolencia diurna, trastornos cognitivos conductuales, cardíacos, respiratorios, metabólicos o inflamatorios secundarios a episodios repetidos de obstrucción de la vía aérea superior (VAS) durante el sueño. Este colapso repetitivo tiene como consecuencias inmediatas la fragmentación del sueño, hipoxemia, hipercapnia, cambios marcados de la presión intratorácica e incremento de la actividad simpática.
Tal y como destacaba la Dra. Escribano, el SAHS debe enfocarse como una enfermedad crónica, que probablemente requiera tratamiento de por vida, y cuyo abordaje debe ser multidisciplinar; el diagnóstico y la clasificación de la gravedad se basa en el índice de apnea/hipopnea (IAH) patológico, dado que no hay un perfil clínico que ayude a predecir la severidad. Sin embargo, es importante detectar el SAHS porque afecta de manera importante a la calidad de vida del paciente y su pareja, fundamentalmente por el riesgo cardiovascular, riesgo perioperatorio y de accidentes de tráfico, siendo la obesidad el principal factor de riesgo.
La triada clínica típica es la roncopatía, la presencia de apneas objetivadas y la excesiva somnolencia diurna (ESD), que se cuantifica con el test de Epworth y con pruebas como el test de latencias múltiples. Otros síntomas son sensación de sueño no reparador, levantarse cansado, cefalea matutina, insomnio, sueños raros, sudoración, nicturia o cambio de ánimo.
Por lo que respecta al diagnóstico, disponemos de la poligrafía (PG) -que se puede realizar en domicilio o ingresado en el hospital-, y la polisomnografia (PSG) -que debe ser vigilada, por lo que se hace en el hospital durante 1 noche-.
En relación con el tratamiento, es la CPAP (presión positiva continua en la vía aérea) el más eficaz, por lo que debe ofrecerse a todos los pacientes en los que esté indicado, siendo eficiente, seguro y bien tolerado hasta en un 80% de los pacientes. Debe tenerse en cuenta que no es un soporte ventilatorio y no es un tratamiento curativo, por lo que su indicación es indefinida. Las presiones oscilan entre 6 y 12 cm de agua, pero se debe titular la presión para cada paciente, y debe usarse todas las horas de sueño. Mejora los síntomas, reduce la demanda sanitaria y probablemente reduzca la morbimortalidad cardiovascular (aunque todavía no existen estudios de prevención hechos); y, en todo caso, reduce el riesgo de accidentes de tráfico.
En algunos casos también se puede indicar tratamiento postural, que implica evitar dormir en decúbito supino. Y en algunos pacientes -pacientes que no toleran la CPAP- pueden estar indicados otros tratamientos como el Dispositivo de Avance Mandibular (DAM) o la cirugía de avance maxilomandibular; estos casos se valoran en sesión multidisciplinar y se decide si derivarlos al Servicio de Cirugía Maxilofacial.